Son comportamientos conscientes, colectivos y
repetitivos, que conducen a las personas a seleccionar, consumir y
utilizar determinados alimentos o dietas, en respuesta a unas influencias
sociales y culturales.
Mantener
una alimentación sana y balanceada nos ayuda a:
- Disminuir los niveles de estrés: al alimentarnos de manera saludable nos sentiremos empoderados y dueños de las decisiones sobre lo que elegimos para comer, aumentaremos nuestra autoestima y disfrutaremos al máximo de los beneficios de una correcta alimentación.
- Comer con moderación: ningún exceso es bueno; comer sin límites nos puede conducir a la obesidad y, además, es un hábito destructivo. La moderación es el mejor antídoto para que comer no sea una acción compulsiva o emocional.
- Perder peso y mantenerlo en el tiempo: esto es algo que muchos quisieran lograr y que definitivamente vale la pena intentar. Alcanzar un peso saludable tiene una serie de beneficios para nuestro organismo, los que incluyen un menor riesgo de padecer enfermedades coronarias, diabetes o hipertensión, entre otros.
- Evitar los cambios bruscos de humor: estos cambios se producen cuando comemos de manera compulsiva. Debemos tener especial cuidado con los alimentos de alto índice glicémico (que aumenta bruscamente los niveles de glucosa en nuestra sangre), ya que producen una importante descarga de insulina posterior, llevándonos rápidamente de un estado de euforia momentánea a una sensación de aletargamiento.
- Vencer la adicción a la comida: si comemos de manera consciente podemos controlar mejor cuánta comida ingerimos. Se trata de comer con hambre (necesidad de comida) y no con un apetito descontrolado, que equivale al deseo de comida por causas emocionales.
a
continuación encontraremos los tipos de dietas identificadas por su aportación
a la buena alimentación estas son la dieta mediterránea y la dieta nórdica
.
LA
DIETA MEDITERRÁNEA
La dieta estilo mediterráneo tiene menos carnes y
carbohidratos que una dieta estadounidense típica. También tiene más alimentos
a base de vegetales y grasa monoinsaturada (buena). Las personas que viven en
Italia, España y otros países en la región mediterránea han comido de esta
manera durante siglos.
Seguir la dieta mediterránea puede llevar a niveles de
azúcar en sangre más estables, colesterol y triglicéridos más bajos y a un
riesgo menor de desarrollar enfermedades cardíacas y otros problemas de salud.
La dieta mediterránea se basa en el consumo de alimentos
frescos y naturales como aceite de oliva, frutas, vegetales, legumbres, frutos
secos, vinagre, cereales, pescados, leche y queso, siendo necesario evitar
productos industrializados como salchichas, comida congeladas y prefabricadas.
"La dieta mediterránea es una dieta perfecta, es saludable, es suficiente, segura, y es una dieta segura para la salud" |
La Dieta Escandinava
“Es una dieta que comparte muchas características de la
dieta mediterránea, pero que incluye alimentos típicos de zonas como Finlandia,
Dinamarca, Islandia, Noruega o Suecia.” Así la definen en la publicación de la
OMS.
La escandinava se enfoca a eliminar carbohidratos y
productos lácteos. Cada ingesta se compone de cuatro puñados de comida:
proteínas, carbohidratos y dos de vegetales, más una cucharada de grasa. De
esta manera, no hay que contar calorías y va bien para las personas que hacen
mucho esfuerzo.
También cuenta con frutas, vegetales, semillas y alimentos
de mar, carnes magras, quesos y huevos con moderación. Se toma mucha fibra,
poco azúcar, pescado y se reducen las carnes procesadas y la comida rápida.
LAS GRASAS TRANS
La grasa
trans es un tipo de grasa alimentaria. De todas las grasas, la grasa trans es
la peor para su salud. Consumir demasiada grasa trans en su alimentación
incrementa su riesgo de padecer enfermedades cardíacas y otros padecimientos de
salud.
Las
grasas trans se presentan cuando los fabricantes de alimentos convierten
aceites líquidos en grasas sólidas, como manteca o margarina. Las grasas trans
se encuentran en muchos alimentos fritos, "rápidos", empacados o
procesados, por ejemplo:
- Empanizados y
frituras
- Manteca y margarina
en barra
- Pasteles, mezcla para pasteles, tarta, masa para tarta
- Los alimentos de
origen animal, como las carnes rojas y los lácteos, tienen pequeñas cantidades
de grasas trans. Pero la mayoría de las grasas trans proviene de los alimentos
procesados.
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